Aunque todo pueda adaptarse en los tiempos que nos tocan vivir, respetar y ser fiel a lo que he aprendido: es lo que me guía a la hora de compartir la enseñanza. ¿Cómo concibo estos momentos? Iniciando primero la práctica con unos minutos de silencio y prepararnos para practicar āsana: es la toma de consciencia. Vamos despertando nuestro cuerpo con movimientos articulares antes de empezar con la secuencia de posturas (āsana). Finalizamos con unos minutos de relajación para integrar y compensar la práctica en savasana. La técnica de prānāyāma (respiración) forma parte también de la práctica y, según el momento, la hora y la energía del día, entraremos en contacto con técnicas específicas de prānāyāma.
El shala
Aquí estudiamos.
Aquí practicamos.
Aquí intentamos desaprender.
Aquí intentamos acercarnos.
Aquí es donde me siento feliz. Feliz de ver llegar a personas. Feliz de ver como otras se van, siguiendo su propio camino. Feliz de ver cómo algo se va transformando.
Hay días que este shala (escuela/casa) se llena y hay días que practicamos en la cercanía y la intimidad. Y todo está bien así.
Porque me gusta pensar que este shala solamente sea un lugar de paso para vosotrxs, una parada. Para luego seguir en vuestro viaje más personal.
Valores guía
Conectamos
con el momento, entramos en sintonía y nos preparamos para practicar Yoga.
Despertando el cuerpo
Movemos las articulaciones y preparamos el cuerpo para la práctica de āsana (posturas).
Āsanas
Realizamos un grupo determinado de posturas de acuerdo con el objetivo de la clase.
Prānāyāma
Introducimos algunas técnicas de respiración.
Relajación
A través de la relajación final (savasana) intentamos integrar los beneficios de la práctica y mantenerse en silencio e inmóvil.